24 de enero de 2013
Presencia.
Algún día lo sabré. Este cuerpo que ha sido
mi albergue, mi prisión, mi hospital, es mi tumba.
Esto que uní alrededor de un ansia,
de un dolor, de un recuerdo,
desertará buscando el agua, la hoja,
la espora original y aun lo inerte y la piedra.
Este nudo que fui (inextricable
de cóleras, traiciones, esperanzas,
vislumbres repentinos, abandonos,
hambre, gritos de miedo y desamparo,
y alegría fulgiendo en las tinieblas,
y palabras y amor, y amor, y amores)
lo cortarán los años.
Nadie verá la destrucción. Ninguno
recogerá la página inconclusa.
Entre el puñado de actos,
dispersos, aventados al azar, no habrá uno
al que pongan aparte como piedra preciosa.
Y, sin embargo, hermano, amante, hijo,
amigo, antepasado,
no hay soledad, no hay muerte.
Aunque yo olvide y aunque yo me acabe.
Hombre, donde tú estás, donde tú vives,
permaneceremos todos.
-Rosario Castellanos.
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Y es que la esencia se mantiene inerte a pesar de las circunstancias de cada uno.. Todos nos dirigimos hacia el mismo final y allá todos seremos uno.
ResponderEliminarPrecioso.
Un abrazo
Sí Lola, cariños.
EliminarAllí y ahora donde somos todos también te siento a ti. ...y este cuerpo que me fue dado es tan ¡ tan especial! y tan bello "que lo resucitará!
ResponderEliminarTu post está lleno de filosofía y de sublime melodía de fantasías reales.
Besos
Gracias André, bienvenido.
Eliminar"Entre el puñado de actos,
ResponderEliminardispersos, aventados al azar, no habrá uno
al que pongan aparte como piedra preciosa."
Magnífico amiga. Ponerlo todo en su perspectiva correcta. Sin más!
Gracias y un abracillo!
Un abrazo Victoria.
EliminarBello, muy bello...
ResponderEliminargracias por ELLO un saludo
Gracias, desde Ello.
EliminarUn abrazo.
Hermoso Delia un deleite, gracias.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, un abrazo.
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