pintura de Milton da Costa
La propuesta es sencilla: deja de complacerte en la mente, date cuenta de
que no tiene las respuestas que necesitas tú, ni las respuestas que necesitamos
todos colectivamente. Juntos podemos empezar a poner fin a la locura dentro
de nosotros mismos y de los unos con los otros.
Comprender nuestra naturaleza profunda, esencial, y encontrar la paz y la
felicidad que se encuentra allí, no solo nos sirve a nosotros mismos, es un
regalo para toda la humanidad. Porque cuando empezamos a convertirnos en
manifestaciones de lo que es posible para todos y para cualquiera, estamos
contribuyendo a la bondad que está en el núcleo mismo de quienes somos todos
y cada uno de nosotros.
Cuando somos capaces de relacionarnos con nosotros mismos desde la
quietud, desde un lugar que está antes de la mente, entonces podemos
empezar a relacionarnos con los demás desde ese mismo lugar. Al principio
puede parecer bastante difícil relacionarse con alguien sin volver a caer en la
mente egoica, o incluso en el remolino del sufrimiento, pero sólo con que te
limites a mantenerlo como intención, empezará a pasar; tal vez de repente,
tal vez poco a poco.
La verdad es que aquí no hay nada que aprender. El despertar es, en realidad,
un proceso de desaprendizaje. Lo importante es desde dónde estamos actuando,
desde dónde nos estamos relacionando. Cuando nos relacionamos desde
nuestra esencia espiritual verdadera, se transforma la calidad de nuestra relación.
En ese momento, lo que nos decimos unos a otros lleva unas sensaciones
completamente distintas. Es entonces cuando nos convertimos en manifestaciones
de paz, más que en manifestaciones de la locura de un mundo dividido. Esta
revelación comienza por el reconocimiento de que tú no eres tu mente y de que
no eres tu ego ni tu personalidad. En realidad eres algo mucho más grande.
-Adyashanti. "El fin del sufrimiento".
Hermoso.
ResponderEliminarSí Amelia, así me parece todo lo que leo de este autor.
EliminarTal vez el error fundamental sea haber concebido este compuesto cuerpo-mente-espíritu como etapas de manifestación, cada uno con sus cualidades y matices... en lugar de un continuo ser sin principio ni fin, ni separación alguna, ni hacedor o función que cumplir!
ResponderEliminarEntonces somos sólo Amor fluyendo!
Fluir?... hacia dónde?
La pregunta está mal formulada, porque no habiendo "desde" no hay necesidad de un "dónde"...
Simplemente el Amor fluye EN el Amor mismo, para sí mismo y por sí mismo!
Somos ESO y sólo allí hay paz verdadera!
Gracias Delia, tu blog es PURA inspiración!
Gracias Willy, me parece que todo lo que vemos separado no son más que aspectos de la Unidad manifestándose continuamente y relacionándose en su Sí Mismo.
ResponderEliminarTu inspiración es compañia diaria para muchos de nosotros, un abrazo.