Presente eterno.

Desde la mirada de un poeta zen:

Tal vez mi vida parezca melancólica,
pero viajando por este mundo
me he encomendado al Cielo.
En la bolsa, tres medidas de arroz,
junto al fuego, un manojo de leña.
Si alguien pregunta cuál es la marca
de la iluminación o de la ilusión,
no sabría decirlo, las riquezas y los honores
no son sino polvo.
Cuando cae la lluvia del atardecer me siento en mi
ermita y estiro las piernas a modo de respuesta.
-Ryokan.

Desde la experiencia de un contemplativo cristiano:

Yo siempre me había conmovido con los anhelos de místicos como
Santa Teresa y San Juan de la Cruz....tenía la romántica idea de
que estaba atravesando la noche oscura del alma. Pero jamás
terminaba para mí, no había ninguna gran experiencia, ninguna
iluminación mística al final....Hace diez años, hice un retiro con el
padre Bede Griffith, un monje católico viejo y radiante con un
ashram en la India...hablamos y me dijo que yo había inventado
toda una historia de cómo debería desarrollarse un viaje espiritual. Entonces me tomó la cara entre las manos, me sonrió
con mucho amor y me dijo: "¿Por qué simplemente no eres lo más
tú mismo que puedas? Es todo lo que Dios quiere de tí".
Yo lloré, bailé y me reí de todo lo que trataba de ser...nunca me sucedió una gran experiencia, pero, a través del amor a mí mismo,
todo cambió.
-Anónimo.