
Un profesor solía comentarnos que hacía 30
años que estudiaba a Heidegger,reconocía que
leerlo lo llevaba hacia un abismo que la men
te no puede cruzar, no obstante lo seguía le
yendo y continuaba absorto en ese borde sin
poder traspasarlo.
Cuando él hablaba de esto yo no podía entender
por qué persistía en esa actitud, ahora pienso
que se debía a un anhelo que lo habitaba y bus
caba su cauce.
Cada ser humano vive y expresa su anhelo desde
su individualidad, no hay experiencias buenas
o malas...hay lo que nos llega a cada uno, lo
que cada uno atrae para conocerse.
Con una metáfora muy lúcida Willigis Jägerdemuestra cual es la causa de confusión en
nuestro anhelo:
"Creemos ser la playa que anhela el mar.Somos el mar que juega con la playa"
*En memoria de Manuel Gonzalo Casas, apreciado
profesor que supo despertar preguntas y anhelos
en sus asombrados alumnos.
*
Pintura: Mar, de Gustavo Ross.