"Hay momentos en la vida en los que el tiempo parece detenerse.
A menudo son momentos de máximo ensimismamiento o entrega,
momentos en los que nuestros pensamientos y sentimientos retro
ceden y solamente estamos presentes sin más.
Ningún recuerdo nos aflige, ninguna preocupación nos inquieta.
En la presencia pura del ahora y aquí nuestro alrededor se hace
más claro y nítido.
El mundo está bien, se nos muestra con otra luz y nos impresiona
el presentimiento de su sentido universal.
Estas experiencias de presencia pura son quizás menos excepcionales de lo que suponemos. No sólo están reservadas para los gran
des místicos y sabios que, siempre giran en torno a ellas. Más bien
son parte de la espiritualidad de la vida cotidiana: veredas en la vi
da diaria que nos ayudan a mantener contacto con nuestra naturale
za y la de la realidad.
No se quiere decir con ello que este tipo de experiencias (de presencia, de dicha y de sentido) estén abiertas a cualquiera en cualquier
momento. Aunque a veces nos llegan de forma inesperada, debería
mos tener más interés en ejercitar nuestra mente y nuestro senti
dos hacia ellas: aguzarlos más para hacer nuestro mundo diario una
y otra vez transparente al sentido intemporal en él latente."
-Christoph Quarch-*
Fotografía: "Laguna en El Ombú",de J. Martín Civalero.
Estos momentos pueden a veces ser fugaces, pero la claridad que hay en ellos es inefable. La mente es la que queda trascendida, y todas sus divagaciones se detienen. Se percibe la presencia de Dios ahí, y no quedan dudas de eso. La realidad se despliega plenamente ante nosotros, y se hace patente la unión con todo, y con Él. La palabra que más describe esto para mí es AMOR, que no es un sentimiento sino el acto puro de amar.
ResponderEliminarAunque es algo que las palabras en realidad no pueden abarcar.
Gracias por hacer memoria de esta experiencia a través de tu entrada.
Te mando un abrazo
gracias, que bien se respira por aqui...un beso anorme :)
ResponderEliminarDelia, gracias por esta buena reflexión: aguzar los sentidos para hacer el diario vivir un transparente sentido intemporal, eso es estar en tiempo presente, un abrazo muy fuerte amiga¡¡¡¡¡
ResponderEliminarLa presencia es la falta de ausencia. Suerte.
ResponderEliminarHola Delia.
ResponderEliminarQue acierto en esta afirmación:
"Estas experiencias de presencia pura son quizás menos excepcionales de lo que suponemos. No sólo están reservadas
para los grandes místicos"
Están presentes para todos los que quieran verlas.
Namasté.
Así es, están siempre presentes, esta es la realidad constante y eterna, es importante estar atentos y con nuestros sentidos abiertos entonces todos podemos verlos, sentirlos y estar en ese momento.
ResponderEliminarBesos:)
Mantengámonos disponibles y abiertos, atentos en nuestra Sensación de Presencia, en nuestra Sensación de estar vivos, que es el Ahora eterno, y todo puede suceder.
ResponderEliminarUn bello texto! Gracias!
hay que agudizar mas los sentidos, para poder captar justamente mas estos momentos¡¡¡¡¡¡ y no dejarlos pasar
ResponderEliminarun beso grande delia¡¡
La vredad resuena en la comtemplación pura de un árbol,ahí se puede ver,creo que es un cambio en la percepción en donde yo no estoy,entoces unidad,esto no sólo es reservado a los grandes místicos como reseñas ,esta es nuestra verdadera naturaleza ,le puede ocurrir a cualquiera,sólo ver.Si yo no estoy el árbol y YO,somos UNO.Gracias por tu post,namasté.
ResponderEliminarCuando entro al blog, leo y releo vuestras aportaciones, esos momentos son para mí especiales, se detiene el tiempo tambien , me olvido de mis otras obligaciones, me concentro en lo que escucho y me siento agusto así, sin más
ResponderEliminarno busco más explicación , es otra forma de estar en el aqui y ahora, cuando me lleguen (si es q. me llegan) esos otros momentos sublimes que no pienso buscarlos, serán exactamente igual de importantes y maravillosos como cualquie momento de mi consciencia vivida con plenitud
Gracias Delia por tu comentario
feliz noche
Hola Delia,
ResponderEliminarPara mí eso es la soledad y lo que más echo de menos de la infancia, cuando la pura presencia era lo normal, ahora, como dijo alguien en un comentario a una entrada de otro blog, tenemos que volver a ser como niños pero con un corazón sabio, que parece lo mismo pero no es igual, y el camino de aprendizaje está lleno de ausencia, pero bueno, así recordamos la presencia, como nos la ha recordado tu entrada. Gracias.
Es cierto Delia que este tipo de maravillosas experiencias pueden darse en forma inesperada. Fugaces o no nos introducen en una especie de sentir místico ante lo que contemplamos. Un bello paisaje tan natural como urbano, una escena de la vida cotidiana impregnada de amor, la magnitud del cielo... son más que suficientes para colmarnos de dicha y sentirnos plenos... y parte de aquello que contemplamos.
ResponderEliminarUn abrazo desde Luces del Nuevo Amanecer.
Claudia y José.
El viento sopla donde quiere, oímos su sonido pero no sabemos de dónde viene.
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