William Turner

27 de diciembre de 2008

¿Dónde habita Dios?

Una vez el rabí Mendel de Kozk
sorprendió a unos eruditos
preguntándoles:
-Dónde habita Dios?, ellos rieron.
-!Qué forma de hablar!,  !El mundo
entero está lleno de su gloria!
Y el rabí contestó él mismo a su
pregunta:
Dios  habita allá  donde  se le deja
entrar.
Al  fin y  al cabo esto es lo que cuenta:
pero se le puede dejar entrar allá donde
uno está,  donde  uno  está  realmente,  allá  donde  uno  vive  una vida 
verdadera.
 Establecemos en este espacio nuestro habitáculo para Dios; dejamos así
que Dios entre.
(Martín Buber)

En la simplicidad de esta anécdota se encierra el descubrimiento
más sublime de nuestra relación con lo esencial: su cercanía.
Ese "dejar entrar" es el estado propio de la meditación, que abre
el espacio de la consciencia hacia lo que siempre está y estuvo en
nosotros.

2 comentarios:

  1. CREO QEU DEBEMOS ESTAR ABIERTOS A ESA MEDITACION Y AL ENCUENTRO DE NOSOTRSO CON DIOS¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  2. Recuerdo a un cura barbudo, hace años (unos cuantos). Tras predicar pregunta a una chica: ¿Para tí qué es Dios? Y ella le respondió -preocupada por no meter la para-: ¡PARA MI DIOS LO ES TODO!
    El discurso acabó ahí. No hay más.

    ResponderEliminar