PERCIBIR LA GRACIA.
"En Él vivimos, nos movemos y existimos..."
(Hechos 17, 26-28)
Conscientes de lo que dice el apóstol, es preciso abandonar
la creencia de que aquel otro momento es más importante
que este en el que nos encontramos. Dejar de valorar en
función de las expectativas. Asumir que la vida toda es un
misterio mediante el cual Dios nos enseña y nos llama a Su
presencia. Esas valoraciones que efectuamos en base a
nuestras expectaciones e inquietudes no tienen asidero. Es
tan importante este sitio como el otro al igual que el trayecto
entre ambos. La vida es un continuo y estamos siempre
moviéndonos en "Su casa".
Hay un modo de ponerse mental y corporalmente que
facilita la percepción de la gracia actuante en nosotros
y lo que nos rodea. Es un modo sin apuro, que
dispone ordenadamente los elementos necesarios para
la acción que se va a efectuar.
Que desarrolla cada paso con la misma intensidad.
Se lo percibe como un hacer armónico.
Es un hacer desde el Espíritu, usando el cuerpo y la mente
según la función de servicio para la que fueron creados. Es
una acción desde adentro y no alienados desde afuera.
Esta cualidad en la acción constituye oración y al hacerse
continua nos unifica.
-Fragmento de una reflexión del Hermano Esteban de Emaús.
(En el original no figuran párrafos resaltados en negrita, mi intención
al hacerlo está vinculada a la meditación, la temática fundamental de
este blog)
Con sencillez y profundidad Esteban de Emaús incorpora a la
vida cotidiana la maravillosa intuición de Pablo de Tarso,
convirtiéndola en guía de un hacer armónico y constante en el
día a día.
Gracias Adrián.
28 de mayo de 2010
27 de mayo de 2010
19 de mayo de 2010
EL MUNDO DEL SILENCIO.
La realidad se eleva
desde el silencio del ser
hacia la quieta y tremenda
presencia de la Palabra.
Entonces, hundiéndose
de nuevo en el silencio,
la verdad de las palabras
nos reduce al silencio de Dios.
O más bien
Dios se alza del mar
como un tesoro entre las olas
y, cuando el lenguaje se retira,
su brillo persiste
en las playas de nuestro propio ser.
Ponemos palabras entre nosotros y las cosas.
Hasta Dios se ha vuelto otra irrealidad
conceptual en la tierra de nadie del
lenguaje que ya no sirve como un medio de
comunicación con la realidad.
El hombre con sus palabras ha levantado
cortinas de humo entre su mente y las
cosas; en la soledad quedamos cara a cara
con el ser desnudo de las cosas y
con todo, encontramos que la desnudez de
la realidad que habíamos temido, no es una
cuestión de terror ni de vergüenza. Está
vestida con la amistosa comunión del
silencio, y este silencio está vinculado al
amor.
El mundo que nuestras palabras trataron
de clasificar, controlar y hasta despreciar
(porque no podían contenerlo) se aproxima más
a nosotros, pues el silencio nos enseña a
conocer la realidad respetándola allí donde
las palabras la han corrompido.
Las palabras se yerguen entre silencio y
silencio: entre el silencio de las cosas y
el silencio de nuestro propio ser. Entre el
silencio del mundo y el silencio de Dios.
Cuando realmente hemos ubicado y conocido el
mundo en silencio, las palabras no nos separan
del mundo ni de los demás hombres, ni de Dios
ni de nosotros mismos, porque dejamos de
confiar enteramente en el lenguaje como modo de
contener la realidad.
-Poema y reflexiones de Thomas Merton.
La realidad se eleva
desde el silencio del ser
hacia la quieta y tremenda
presencia de la Palabra.
Entonces, hundiéndose
de nuevo en el silencio,
la verdad de las palabras
nos reduce al silencio de Dios.
O más bien
Dios se alza del mar
como un tesoro entre las olas
y, cuando el lenguaje se retira,
su brillo persiste
en las playas de nuestro propio ser.
Ponemos palabras entre nosotros y las cosas.
Hasta Dios se ha vuelto otra irrealidad
conceptual en la tierra de nadie del
lenguaje que ya no sirve como un medio de
comunicación con la realidad.
El hombre con sus palabras ha levantado
cortinas de humo entre su mente y las
cosas; en la soledad quedamos cara a cara
con el ser desnudo de las cosas y
con todo, encontramos que la desnudez de
la realidad que habíamos temido, no es una
cuestión de terror ni de vergüenza. Está
vestida con la amistosa comunión del
silencio, y este silencio está vinculado al
amor.
El mundo que nuestras palabras trataron
de clasificar, controlar y hasta despreciar
(porque no podían contenerlo) se aproxima más
a nosotros, pues el silencio nos enseña a
conocer la realidad respetándola allí donde
las palabras la han corrompido.
Las palabras se yerguen entre silencio y
silencio: entre el silencio de las cosas y
el silencio de nuestro propio ser. Entre el
silencio del mundo y el silencio de Dios.
Cuando realmente hemos ubicado y conocido el
mundo en silencio, las palabras no nos separan
del mundo ni de los demás hombres, ni de Dios
ni de nosotros mismos, porque dejamos de
confiar enteramente en el lenguaje como modo de
contener la realidad.
-Poema y reflexiones de Thomas Merton.
16 de mayo de 2010
¿PERDÓN?
Sin juicio no hay condena, y sin condena...
¿qué hay que perdonar?
-Camilo Guerra
Cuando encontramos la punta del ovillo
-que en este caso no estaría en el perdón,
sino en no enjuiciar- el tejido de la vida
se vuelve más simple y creativo, los
nudos se desatan solos y la trama
retoma su crecimiento natural.
Gracias a todos los que me ayudan a
encontrar las puntas de ese ovillo.
Sin juicio no hay condena, y sin condena...
¿qué hay que perdonar?
-Camilo Guerra
Cuando encontramos la punta del ovillo
-que en este caso no estaría en el perdón,
sino en no enjuiciar- el tejido de la vida
se vuelve más simple y creativo, los
nudos se desatan solos y la trama
retoma su crecimiento natural.
Gracias a todos los que me ayudan a
encontrar las puntas de ese ovillo.
11 de mayo de 2010
ESCUCHAR.
Nos enseñaron, y enseñamos, que hay que tener
una opinión, firme y definitiva. Esos son pre-juicios.
Deberíamos enseñar que la vida fluye, y con ella el
pensamiento, y que cada situación merece una
consideración aparte.
La vida es suma de momentos, sucesión de situaciones, y ninguna
es igual a otra, y un buen criterio toma en cuenta cada situación por separado.
Mucho se habla de la expresión, la libre expresión, la espontánea expresión. Poco de la escucha, la
apertura para sofocar las voces interiores petrificadas que nos vienen de la repetición rutinaria y que llamamos principios, pero en realidad no son principios sino coagulaciones del cerebro, células muertas
que rigen la vida.
Escuchar es quebrar el muro de las voces consagradas. Dejar una rendija por donde ingrese la nueva luz,
el inédito mensaje, la reflexión titubeante. Sería el diálogo.
-Jaime Barylko
"Te despertarás a base de cuestionarte cada
creencia tuya y todas las que te vengan del
exterior. Si no te agarras a ningún concepto,
cosa o ideología, te será fácil descubrir
enseguida dónde están la verdad y la realidad,
que son la voluntad de Dios escrita en la vida"
-Anthony de Mello
Nos enseñaron, y enseñamos, que hay que tener
una opinión, firme y definitiva. Esos son pre-juicios.
Deberíamos enseñar que la vida fluye, y con ella el
pensamiento, y que cada situación merece una
consideración aparte.
La vida es suma de momentos, sucesión de situaciones, y ninguna
es igual a otra, y un buen criterio toma en cuenta cada situación por separado.
Mucho se habla de la expresión, la libre expresión, la espontánea expresión. Poco de la escucha, la
apertura para sofocar las voces interiores petrificadas que nos vienen de la repetición rutinaria y que llamamos principios, pero en realidad no son principios sino coagulaciones del cerebro, células muertas
que rigen la vida.
Escuchar es quebrar el muro de las voces consagradas. Dejar una rendija por donde ingrese la nueva luz,
el inédito mensaje, la reflexión titubeante. Sería el diálogo.
-Jaime Barylko
"Te despertarás a base de cuestionarte cada
creencia tuya y todas las que te vengan del
exterior. Si no te agarras a ningún concepto,
cosa o ideología, te será fácil descubrir
enseguida dónde están la verdad y la realidad,
que son la voluntad de Dios escrita en la vida"
-Anthony de Mello
9 de mayo de 2010
REGRESAR AL CUERPO.
El predominio que le concedemos a la mente nos lleva a
sujetarnos a actividades físicas que poco tienen que ver
con los reclamos profundos del cuerpo, responden más
bien a modelos impuestos por los condicionamientos
culturales que nos alejan de la armonía natural entre
cuerpo, mente y espíritu.
Leyendo a Pamela J. Free extraje apuntes que pueden
ayudar en la elección de una actividad física orientada hacia una real integración en
respuesta a las necesidades de cada uno.
Debemos reconocer la conexión entre cuerpo, mente y
espíritu para ser capaces de sentir felicidad y paz
interior, salud y vitalidad. El actual dominio de la
mente sobre el cuerpo y el olvido de nuestra
espiritualidad, ya han creado demasiado malestar y
discordia en nuestro interior. Hemos convertido la
mente en algo supremo, en la única parte de nosotros,
con valor real, negociable.
Qué significa regresar al cuerpo? Recuerda algún mal
día que hayas tenido últimamente, uno de esos en los
que las cosas no salen como las teníamos previstas.
Ese fue un día regido por tu mente. Probablemente no
tuviste en cuenta a tu cuerpo hasta que una parte de
éste te hizo daño. Es posible que sintieras algún
dolor al final del día porque nadie estaba en casa
haciéndose cargo de tu cuerpo.
Normalmente no podemos cambiar los acontecimientos
externos que suceden en nuestra vida, lo que sí podemos
cambiar es nuestra reacción frente a lo que nos sucede
y adquirir la conciencia de que estamos centrados en
nuestros cuerpos incluso durante los peores días.
Los místicos dicen que todos tenemos una chispa divina
de inquietud dentro de nosotros, yo también lo creo. No
desestimes nunca el poder de este malestar divino en tu
interior. Si escuchas a esa fuerza, ella te conducirá, paso
a paso, hacia la perfección de tu ser.
Haciendo movimientos pequeños, y a veces poco usuales,
podemos liberar bloqueos y dolores del cuerpo y aprender
prácticas y nuevas maneras de interactuar con nuestro
ambiente. La clave es la conciencia. Cuando sabes lo que
estás haciendo, puedes hacer lo que quieres; pero hasta
entonces sólo eres un títere.
Puede ser que padezcas alguna enfermedad crónica u otro
tipo de dolencia, pero esto no te impide sentir alegría.
Todos conocemos a personas que sufren terribles
enfermedades físicas y que, a pesar de ello, están
totalmente abiertas y con el corazón centrado, mientras
otras, con las mismas aflicciones se hacen
constantemente las víctimas. Sea cual sea nuestro drama
en la vida, es posible mantenerse en un estado de paz
interior y en conexión con nuestro cuerpo y nuestro
espíritu.
"Despierta la sabiduría de tu cuerpo". Pamela J. Free.
El predominio que le concedemos a la mente nos lleva a
sujetarnos a actividades físicas que poco tienen que ver
con los reclamos profundos del cuerpo, responden más
bien a modelos impuestos por los condicionamientos
culturales que nos alejan de la armonía natural entre
cuerpo, mente y espíritu.
Leyendo a Pamela J. Free extraje apuntes que pueden
ayudar en la elección de una actividad física orientada hacia una real integración en
respuesta a las necesidades de cada uno.
Debemos reconocer la conexión entre cuerpo, mente y
espíritu para ser capaces de sentir felicidad y paz
interior, salud y vitalidad. El actual dominio de la
mente sobre el cuerpo y el olvido de nuestra
espiritualidad, ya han creado demasiado malestar y
discordia en nuestro interior. Hemos convertido la
mente en algo supremo, en la única parte de nosotros,
con valor real, negociable.
Qué significa regresar al cuerpo? Recuerda algún mal
día que hayas tenido últimamente, uno de esos en los
que las cosas no salen como las teníamos previstas.
Ese fue un día regido por tu mente. Probablemente no
tuviste en cuenta a tu cuerpo hasta que una parte de
éste te hizo daño. Es posible que sintieras algún
dolor al final del día porque nadie estaba en casa
haciéndose cargo de tu cuerpo.
Normalmente no podemos cambiar los acontecimientos
externos que suceden en nuestra vida, lo que sí podemos
cambiar es nuestra reacción frente a lo que nos sucede
y adquirir la conciencia de que estamos centrados en
nuestros cuerpos incluso durante los peores días.
Los místicos dicen que todos tenemos una chispa divina
de inquietud dentro de nosotros, yo también lo creo. No
desestimes nunca el poder de este malestar divino en tu
interior. Si escuchas a esa fuerza, ella te conducirá, paso
a paso, hacia la perfección de tu ser.
Haciendo movimientos pequeños, y a veces poco usuales,
podemos liberar bloqueos y dolores del cuerpo y aprender
prácticas y nuevas maneras de interactuar con nuestro
ambiente. La clave es la conciencia. Cuando sabes lo que
estás haciendo, puedes hacer lo que quieres; pero hasta
entonces sólo eres un títere.
Puede ser que padezcas alguna enfermedad crónica u otro
tipo de dolencia, pero esto no te impide sentir alegría.
Todos conocemos a personas que sufren terribles
enfermedades físicas y que, a pesar de ello, están
totalmente abiertas y con el corazón centrado, mientras
otras, con las mismas aflicciones se hacen
constantemente las víctimas. Sea cual sea nuestro drama
en la vida, es posible mantenerse en un estado de paz
interior y en conexión con nuestro cuerpo y nuestro
espíritu.
"Despierta la sabiduría de tu cuerpo". Pamela J. Free.
5 de mayo de 2010
MÁS ALLÁ DEL RELATO.
Todos los hechos detallados en los libros sagrados de todas
las religiones, todos los relatos mitológicos de todos los
folclores del mundo, y de todas las épocas, corresponden a
hechos vividos en nuestra alma. Son
el relato de nuestra historia espiritual.
Todos comimos la manzana con Adán, todos salimos con
Moisés de Egipto, todos cambiamos la primogenitura por un
plato de lentejas, y todos también libramos bajo la protección
de Krishna nuestra guerra interior contra primos y pasiones.
Por último y con gran seguridad, dejaremos a Jesús enterrado
en nuestra mente y resucitaremos al Cristo, en la plenitud de
los tiempos y en nuestra conciencia, donde somos uno con Dios
y con los hermanos.
La vida eterna es conocer a Dios.
"Si meditando llegamos a algún lugar y no encontramos en él
a Buda, debemos seguir más adelante; por fín cuando
lleguemos a un punto del camino en el cual encontremos a
Buda, ahí sí entonces, DEBEMOS SEGUIR MÁS ADELANTE".
-Camilo Guerra-
De esta reflexión de Camilo "El Dios concepto y el Dios vivo",
tomé el pasaje que mejor refleja mi propia salida de la prisión
del concepto.
Pintura de W. Turner.
Todos los hechos detallados en los libros sagrados de todas
las religiones, todos los relatos mitológicos de todos los
folclores del mundo, y de todas las épocas, corresponden a
hechos vividos en nuestra alma. Son
el relato de nuestra historia espiritual.
Todos comimos la manzana con Adán, todos salimos con
Moisés de Egipto, todos cambiamos la primogenitura por un
plato de lentejas, y todos también libramos bajo la protección
de Krishna nuestra guerra interior contra primos y pasiones.
Por último y con gran seguridad, dejaremos a Jesús enterrado
en nuestra mente y resucitaremos al Cristo, en la plenitud de
los tiempos y en nuestra conciencia, donde somos uno con Dios
y con los hermanos.
La vida eterna es conocer a Dios.
"Si meditando llegamos a algún lugar y no encontramos en él
a Buda, debemos seguir más adelante; por fín cuando
lleguemos a un punto del camino en el cual encontremos a
Buda, ahí sí entonces, DEBEMOS SEGUIR MÁS ADELANTE".
-Camilo Guerra-
De esta reflexión de Camilo "El Dios concepto y el Dios vivo",
tomé el pasaje que mejor refleja mi propia salida de la prisión
del concepto.
Pintura de W. Turner.
3 de mayo de 2010
PRESENCIADOR SILENTE.
Todas las actividades del hombre sabio
existen sólo a los ojos de los demás y
no a los suyos propios, aunque él pueda
estar cumpliendo tareas inmensas, en
realidad no hace nada. Por lo tanto sus
actividades no obstaculizan la vía de la
inacción y paz de mente.
Él sabe la verdad de que todas las
actividades tienen lugar en su mera
presencia y que él no hace nada.
De aquí que permanezca como el presenciador silente de todas las actividades
que están teniendo lugar.
-Ramana Maharshi-
Pintura: Sol de mañana, de Emilio Pettoruti.
Todas las actividades del hombre sabio
existen sólo a los ojos de los demás y
no a los suyos propios, aunque él pueda
estar cumpliendo tareas inmensas, en
realidad no hace nada. Por lo tanto sus
actividades no obstaculizan la vía de la
inacción y paz de mente.
Él sabe la verdad de que todas las
actividades tienen lugar en su mera
presencia y que él no hace nada.
De aquí que permanezca como el presenciador silente de todas las actividades
que están teniendo lugar.
-Ramana Maharshi-
Pintura: Sol de mañana, de Emilio Pettoruti.
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