William Turner

7 de junio de 2013

Sin modo, ni lugar.


Pintura de Silvia Herrero.


"El alma se ha de andar solamente con advertencia amorosa a Dios, sin especificar
 actos, haciéndose pasivamente, sin hacer de suyo diligencias, con la determinación
 y advertencia amorosa simple y sencilla, como quien abre los ojos con advertencia
de amor"...
se trata solamente de esta atención amorosa, dirigida hacia dentro, sin tener ningún
concepto  de Dios, y sin esperar nada, atención amorosa que escucha y mira donde
Dios es el centro del alma.
La atención amorosa puede desarrollarse en la quietud del cojín, siendo concientes
de la respiración. Pero la atención amorosa debe estar presente durante el día entero.
Esta orientación hacia el interior, donde "Dios es el centro del hombre", en opinión
de todos los guías espirituales, es la condición más importante para percibir.
Esto no significa que la experiencia mística se podrá "hacer" o "forzar", menos aún
podemos merecerla.
Ninguno de los poderes del alma que son guiados por el ego (entendimiento, memoria,
voluntad), deben ser activos en el estado de contemplación... se trata de una atención
amorosa  que no sabe nada y que no quiere nada.
El "soltarse" es la condición indispensable para una profunda experiencia mística...
en el budismo zen se habla de "morir en el cojín". San Juan de la Cruz se refiere a
esto diciendo"nada, nada, nada". La subida al monte es nada y la cima del monte
es nada.

-Extraído de "Mi alma tiene sed del Dios Viviente" de Camilo Guerra, en referencia al
misticismo de San Juan de la Cruz y de Willigis Jäger.

4 comentarios:

  1. En la nada, donde ni siquiera el ego hace interferencias...hay en donde de verdad se disfruta la quietud.

    Un besito.

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  2. Una ojeada rápida
    Indica la sensibilidad de este espacio.
    Gracias.

    Juan Crisos

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