William Turner

26 de octubre de 2013

Esa silenciosa intimidad.

-Jhoannes Vermeer "La niña de la perla"


   La oración convertida en silenciosa intimidad permite que la
Presencia inunde el corazón. No hay alabanzas, ni deseos,
solamente esa dulce intimidad que florece en la inocencia, que
llega sin ser buscada y desaparece sin propósito.
   Cada día escribe su historia, la oración silenciosa la recibe
sin alterarla, igual que se registra el sonido del viento entre
las hojas o la luz del sol sobre las flores.
   Todo sale de, llega a y permanece en, su fondo de origen;
al saber que somos ese fondo y simultáneamente su proceso
de expresión,  vemos también que lo que llamamos oración
es esa silenciosa intimidad que ilumina y acompaña cada
instante tal como este se presenta.

6 comentarios:

  1. Gracias Delia por expresar con tus palabras esta forma de oraciòn, sin pedir o esperar nada, solo estar ahì en Presencia continua.

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  2. Magnífico..!

    Así es... que sustituye al así sea (amen), expresión de deseo de una posibilidad.
    Así es no admite posibilidad, ni esperanza, ni gracias por la concesión.
    Así es expresado en tus palabras:
    ""silenciosa intimidad" que ilumina y acompaña cada instante tal como se presenta."

    Gracias y un abrazo como expresión de ese fondo al que tu aludes.
    Juan Crisos

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    1. Gracias Juan, que buena esta coincidencia en eso que llamamos oración.
      Un abrazo.

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