William Turner

13 de agosto de 2009

Punto de partida.



Hay consenso en la afirmación que hablando se entiende
la gente, pero también hay consenso en la comprobación
de que esto no sucede con frecuencia.

Son diversos los factores que pueden contribuir a los de
sencuentros; uno puede ser el hecho de que las palabras
no significan lo mismo para cada uno, además de que las pa
labras no son lugares para llegar y quedarse, son más bien
puentes que se atraviesan para encontrar a la realidad que
significan.

Aunque hay una causa de más peso que contribuye a la
confusión y está instalada en la aceptación ciega de las ideolo
gías y su consecuente identificación con las creencias que de
ellas surgen.
Cuando uno se apega a una creencia tiende a identificarse
con la misma y siente que si la deja de lado está cometiendo
una traición o perdiendo su personalidad. Hay mandatos y
paradigmas que habitan en nosotros desde la niñez, los reci
bimos en el seno de la familia, otros se van incorporando a
medida que nos relacionamos con el entorno; la educación for
mal contribuye con sus contenidos, lo mismo que la religión es
tructurada y los poderes de turno. Así seguimos por la vida
con un bagaje que nunca hemos cuestionado, ni adherido o no
según nuestro propio discernimiento.

Es duro aceptar que esas creencias no son propias, que vivi
mos de prestado, además estamos tan apegados a ellas que
ya forman parte de nuestro ego y sentimos que si las abando
namos se sacude el apoyo de nuestros pies. Resulta más cómo
do y seguro seguir adelante con ese equipaje por más pesado
que se vuelva.

Según algunos proverbios, -sin nacionalidad ni tradición, que
perduran por su sabiduría- , cuando el agua de un lago se se
rena podemos ver el fondo, y si queremos ver limpio al mun
do debemos comenzar por limpiar nuestra casa. Lo que nos
lleva a la cuestión del comienzo, para entendernos con la gen
te debemos comenzar por entendernos nosotros mismos.
Y si no quiero cuestionarme? También puedo seguir durmien
do pero al menos sabré que no quiero despertar, que prefiero
seguir durmiendo y que esa fue mi decisión.

Por eso es que la gente puede entenderse hablando y sin ha
blar, todo depende de que uno esté dispuesto para comprender
se a sí mismo y comprender a los demás, aceptándose y acep
tando al otro como es, sin prejuicios.

*

-Inspirado en: "¿Hablando, se entiende la gente?" de Darío
Lostado, y en Mafalda, deliciosa cuestionadora que mueve
el piso de nuestros roles-

*

3 comentarios:

  1. Todo un re-aprendizaje, vaciarse para volver a llenarse, a todos la vida nos pone en algún punto la necesidad de encontrarnos con el Ser que somos y al comprendernos comprendemos.
    Muy oportuna tu reflexión para mi Hoy.
    Besos:)

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  2. Todas esas creencias, estructuras mentales, ideologías, están grabadas en la mente como una especie de programa de computadora, que se ejecuta automáticamente.
    ¡Cómo nos cuesta darnos cuenta de esto, y mucho más, tomar la decisión de despertar!!
    Te mando un abrazo de domingo lluvioso.

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  3. Delia sabes conozco la sensacion de intentar salir de uno mismo y escuchar al otro,como el primer paso es la perdida de fortaleza en uno mismo,pues has de derribar ciertos pilares ilusorios,pero pilares...as de ser muy observador para que esa realidad del otro no te implique en su intencion,aunque esa realidad naciera de la ilusion,posee su energia propia y fotaleza,aunque sea una fortaleza que se apoña en un solo pilar,esa es su debilidad.

    Me siento agusto con lo que miras,con lo que transmite tu blog,que busca la esencia venga de donde venga.

    Un placer conocerte.
    Un beso.

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