William Turner

15 de julio de 2012

Fragmentos.





   Estamos tan acostumbrados a relacionarnos con fragmentos de lo real que ya no podemos ver la totalidad. Los pensamientos inevitablemente remiten al pasado, a ese centro "yo mismo" que necesita de la memoria para reconocerse y revestirse de identidad, al hacerlo produce la separación: yo y los otros... yo y los hechos... yo y el mundo.
  Hay una mano que conduce hacia el atalaya de la conciencia desde donde es posible apreciar la totalidad, pero también a esa mano la vemos fragmentada, la atribuímos a diversos maestros, escuelas, doctrinas, sistemas o prácticas. Así seguimos mojandonos los pies en un charco en vez de sumergirnos en el agua que somos, profunda, fresca y desconocida.

  Los fragmentos son siempre problemas o placeres, la totalidad es el gozo que sólo en el gozo se contenta, sin necesidad de analizarlo,desearlo o poseerlo...¿nos preguntamos cómo o por qué? esa pregunta se la hace la mente y es imposible que ella encuentre la respuesta, si somos capaces de comprender su funcionamiento la dejaremos actuar en lo suyo y los problemas o placeres dejaran paso al gozo.

4 comentarios:

  1. Gracias Delia, estupenda reflexión para hoy que dejaremos transcurra apaciblemente, sin plantearnos el porqué de esta pequeñez o de aquella que se nos presenta ,que nos desestabiliza, aceptando lo que hay y así la calma vuelve de nuevo
    Feliz domingo

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  2. Sin preguntas, sin aferramientos, la mente calma y responde todo.

    Preciosa enseñanza

    Un abrazo Delia

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  3. Gracias amiga, como siempre, sincronicidad entre lo que se lee y lo que se necesita saber :)

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  4. Gracias Delia me uno a esa sin cronicidad que dice Victoria entre ayer y hoy llegaban reflexiones al respecto como anteponemos siempre la mente o el sentir y nos perdemos la uniòn, un abrazo amiga.

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