William Turner

4 de junio de 2009

Alienación

La alienación es básicamente "ausencia" Se puede estar
loco y no saberlo. Se puede hacer, incluso de la propia ig
norancia un sistema de creencias y de actitudes para "re
solver" los problemas de una vida vacía, sin sentido.

El hombre hoy es preocupantemente anticontemplativo.
Y esa esa es su ausencia clave, su alienación básica. Es,
como decía un filósofo espiritualista, "un ciego en un mun
do de colores".

Busca el placer y, no obstante, le agobia la permanente
compulsión con que lo que busca; le agobia el activismo,
pero lo necesita como una droga que no permite espacios
"inútiles".
El afán por competir le fatiga y frustra; la ansiedad, el de
seo de tener imagen, la carencia de "trascendencia", la
muerte y la "eliminación" caprichosa del misterio dejan
su vida sin vida.

La alienación que caracteriza a los hombres y mujeres de
hoy es una situación de decadencia que la naturaleza mis
ma no puede soportar de forma indefinida. Después de la
barbarie y el alejamiento de Dios, una cierta lógica pide la
reacción de vuelta a los orígenes.
Desde el punto de vista evangélico significará el regreso
del hijo pródigo. Desde un punto de vista de auténtico hu
manismo, significará "ser uno mismo".

Abiertos a lo que nos desborda.

Es un problema de armonía y de unidad no resueltas; es un
problema de esquizofrenia, que abruma: la ruptura entre
el hombre interior y el hombre exterior. Ya no conocemos,
ni siquiera experimentamos, el fondo de nuestro ser. Esa
es la razón fundamental de nuestra enfermedad. La perso
na tiene que encontrarse, experimentarse, y vivirse "abier
ta"; abierta al misterio. La solución es la trascendencia,
trascender el egocentrismo; los límites de nuestros propios
pensamientos y toda nuestra estructura defensiva, construí
da al margen del amor y, frecuentemente, contra el amor;
trascender el apego a las cosas, a lo visible.

En ciertas culturas de meditación se trata de conseguir una
nueva cualidad que llaman: "mente de principiante" y que
coincide con las características de una mente pobre, de una
mente de discípulo. Adquirir la sencillez suficiente para:

-callar después de haber hablado
-dejar de pensar después de haber reflexionado
-abandonarse, después de haber descubierto y trazado nues
tro mapa interior

No basta con descubrir nuestro "genoma humano"; también
tenemos uno divino que hay que descifrar.

-Nicolás Caballero (De camino con Dios)-
*
-Pintura: M.J.Iskakova-
*

2 comentarios:

  1. Esta forma de vida antinatural nos llevará sin duda hacia el hombre nuevo, no creo que exista otra opción, debe ser el camino hacia ese regreso del hijo pródigo o encuentro con uno mismo.
    Muy bello y las imágenes preciosas!!
    Besos:)

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  2. Me gusta esta entrada, desde hace más de medio siglo la vida es una locura la enfermedades psiquiátricas aumentan, con la vaga explicación de "son las enfermedades del siglo", pero sin explicar el por que y sin dar soluciones más allá del tratamiento con medicamentos que lejos de curar embotan la consciencia, vivimos en la sociedad de las drogas...vivimos en una carrera hacia ninguna parte, sin sentido buscando placeres a ciegas, pero si buscarnos a nosotros mismo, la grandeza del hombre.

    Son muy sabios estos cuatro puntos sobre la mente de un discípulo


    Y cuando dice hay un genoma humano paro también otro divino.

    Gracias por esta entrada Regina.

    Un cariñoso abrazo

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