William Turner

21 de abril de 2009

Un Mundo ilusorio.

Era un maestro que predicaba
la vacuidad e insustancialidad
de todo lo fenoménico e
insistía en que todo era ilusorio
y que había que contemplarlo
todo como transitorio para
desarrollar la visión correcta y
el desapego.
Un día unas fiebres malignas se
llevaron a su único hijo.
El maestro comenzó a llorar y sus lágrimas anegaban su sosegado
rostro. Los discípulos le dijeron:
-Venerable maestro, pero si siempre nos has dicho que el mundo es
ilusorio.
-Y así es, queridos mios, pero !es tan doloroso perder un hijo ilusorio
en un mundo ilusorio!

Aún en un sueño se siente y se experimenta. Hay placer y dolor, encuentro
y desencuentro. Pero cuando uno despierta sabe que ha sido un
sueño. La vida es muy efímera y en su sentido absoluto es ilusoria, pero
en su sentido relativo es muy real. Incluso los seres más elevados
espiritualmente han sentido, con su carga de humanidad, una gran pena
cuando un ser querido ha muerto, porque son ecuánimes, pero humanos
y sensibles, aunque exentos de aferramientos y apegos.
El sabio Shankaracharya decía: "Este mundo es como un sueño,
colmado de amores y odios. En su dimensión brilla como una realidad,
pero al despertar se transforma en irreal. Este mundo pasajero brilla como
si fuera real, como la plata imaginada en una concha perlífera; es así en
tanto no se conozca al Ser, que es la sustancia sin segundo de todo".

Recopilación y comentario de Ramiro Calle.

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